La oficina de control interno es un elemento del sistema de control, en el nivel gerencial, encargada de medir la eficiencia, eficacia y economía de los controles. Asesora a la Gerencia en la continuidad del proceso administrativo, evalúa los planes establecidos e introduce los correctivos necesarios para el cumplimiento de las metas u objetivos previstos. En estos términos, la oficina de control se constituye en el “control de controles”, ya que en su labor evaluadora determina la efectividad del sistema de control de la entidad con el fin de apoyar a la dirección en la toma de decisiones válidas para la consecución de los fines.
Igualmente se coordina las relaciones con los entes externos de control con el fin de facilitar el flujo de información.
Ante todo, la evaluación del sistema de control interno se considera como un proceso retroalimentador y de mejoramiento continuo para la gerencia. En tal sentido, esta labor se realiza de manera permanente y oportuna, por cuanto el éxito de la gerencia radica en la adecuada toma de decisiones.